REcENsIONES

Revista “Política y Estrategia” Nº 131, 2018, pp. 151-153

ISSN 0716-7415 (versión impresa) ISSN 0719-8027 (versión en línea)

Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos

Historia de la relación Civil-Militar en Chile. Desde Frei Montalva hasta Michelle Bachelet Jeria

Pablo Rivas Pardo

HISTORIA DE LA RELACIÓN CIVIL-MILITAR EN CHILE. DESDE FREI MONTALVA HASTA MICHELLE BACHELET JERIA*

PABLO RIVAS PARDO**

El título del libro, Historia de la relación civil-militar en Chile, no refleja el contenido del mismo. En realidad, José Rodríguez Elizondo analiza la relación político-militar, es decir, cómo las Fuerzas Armadas se han relacionado con distintos gobiernos, Desde Frei Montalva hasta Michelle Bachelet Jeria, como señala el subtítulo del mismo. Detalladamente, el autor analiza y reflexiona episodios del antes, durante y después del Régimen Militar, enfocándose en la violación a los Derechos Humanos, no analizando así la transformación, modernización y agenda de las Fuerzas Armadas post-régimen.

A juicio del autor, “el primer gobierno de la Concertación, generó una relación civil-militar en progresión, pero no alcanzó a consolidarse. No pudo sustentarse más allá del período de Lagos” (pág. 13). Por lo cual -y destáquese la paradoja que se extrae de su análisis- fue la exministra de Defensa Nacional, Michelle Bachelet Jeria, al asumir su primer gobierno, quien no habría consolidado ni progresado en la relación civil-militar.

Sobre el antes y durante del Régimen Militar, en la parte primera del libro, Ruptura, se analizan algunos sucesos del gobierno de Frei Montalva y Salvador Allende. Del primero destaca el desinterés de su gobierno en las Fuerzas Armadas y, del segundo, subraya la idea de algunos partidarios de la Unidad Popular de acabar con las Fuerzas Armadas y crear unas Fuerzas Armadas Populares, lo que dotó de reticencia a las Fuerzas Armadas. En este contexto, y de manera precisa, Rodríguez Elizondo escribe que la crisis de gobernabilidad de la Unidad Popular llevó al Alto Mando de las Fuerzas Armadas “a equilibrarse entre el apoyo disciplinado al gobierno, su participación en el gabinete presidencial, la amenaza divisionista, la neutralidad benévola, la conspiración golpista, las intromisiones de Fidel Castro, las fuertes presiones del Gobierno norteamericano y la intromisión de algunos generales en retiro” (pág. 36), es decir, por algún lado iban a tener que reaccionar y tomar postura. Posteriormente, en la parte segunda, Dictadura, el autor afirma que se transitó de una relación deficiente al rompimiento de éstas, donde las Fuerzas Armadas conformaron una identidad de aristocracia y de casta, pasando a ser parte de un proyecto “revolucionario militar” (pág. 48) prestando el soporte de la fuerza bruta. Además, ahonda en la Política Exterior del régimen, caracterizado por una apertura económica, discurso anticomunista y espionaje al propio Servicio Exterior que, a juicio del autor, causó un gran daño en el largo plazo. La parte tercera, Izquierdas, breve como la anterior, analiza cómo la izquierda se relacionó internamente, surgiendo un grupo que propuso la vía armada para terminar con el Régimen Militar y otro que se volvió social demócrata, que años más tarde fue la que se relacionó con las Fuerzas Armadas.

El después del Régimen Militar son las siguientes partes del libro, y por ende, las centrales del mismo.

La Recomposición, que es la parte cuarta, abarca los gobiernos de los expresidentes Aylwin, Frei y Lagos. Acá el autor señala como hitos: el Informe Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, el primer Libro de la Defensa Nacional de Chile, la Mesa de Diálogo sobre los Derechos Humanos y el Nunca Más. Suma también: el plan de enlace, el boinazo, la querella criminal de Gladys Marín, el servilletazo y el Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura. Estos hechos, junto con otros, conformaron la transición militar desde la negación al reconocimiento de la violación a los Derechos Humanos, lo que implicaba para el Ejército “completar su reinserción en la sociedad y dejar andando la relación civil-militar” (pág. 110). A pesar de lo anterior, según Rodríguez Elizondo, no se avanzó, dada la desconfianza de la expresidenta Bachelet en las instituciones armadas, instaurando un “concepto restrictivo de la relación civil-militar” (pág. 122). Un ejemplo de esta concepción restrictiva es la no participación inmediata de las Fuerzas Armadas en la mantención del orden público para el terremoto del 27 de febrero de 2010. Otro es -a juicio del autor y que el lector podrá ver si coincide o discrepa- el no sumar a las Fuerzas Armadas en el análisis de la Política Exterior de Chile, es decir, que la asesoría castrense habría inhibido, a modo de muestra, las ganas de la presidenta de juntarse con Fidel Castro y su visión positiva de la República Democrática Alemana, es decir, la filia por el totalitarismo de izquierda.

La parte quinta, Regresión, la explica en las siguientes cuatro estaciones “el cuestionamiento de su rol polivalente; su escaza participación en la política exterior; el impacto erosionante de la judicialización, y la señal implícita en el procesamiento de Juan Emilio Cheyre” (pág. 158) lo que dio espacio a la idea de cómplices pasivos y el cierre del Penal Cordillera en el primer gobierno del presidente Piñera; los casos de corrupción que emergieron en el segundo gobierno de la expresidenta Bachelet; el surgimiento de la apatía de militares en retiro por la pena de cárcel por violaciones a los Derechos Humanos y el rumor de cierre del Penal Punta Peuco; por último, la tragedia de que el ex Comandante en Jefe del Ejército, que se empeñó en hacer ese cambio, general Juan Emilio Cheyre, esté procesado por el Episodio La Serena de la Caravana de Muerte, motivado principalmente por el Ministerio del Interior del segundo gobierno de la expresidenta Bachelet.

Consecutivamente, en Legado, se citan dos preguntas por la atingencia de ser debatidas al día de hoy: “¿De qué depende la mantención del equilibrio entre la información política que consumen los militares y su obligación de no intervenir en la política contingente?” (pág. 197) y “¿Significa la no deliberación constitucionalizada que en las Fuerzas Armadas no se debe decir lo que se piensa?” (pág. 208). Interesantes cuestiones que deben motivar la reflexión y publicación de artículos, más allá de la violación a los Derechos Humanos, sino también, lo que es una política pública de Defensa Nacional. Otro elemento a considerar es la opinión negativa de los ex Comandantes en Jefe con respecto a los juicios por violación a los Derechos Humanos, tema aún en desarrollo y que podría, con error o precisión, ser la opinión del personal activo de las Fuerzas Armadas, lo cual debería llamar la atención de la clase política. En la última parte, Prospectiva, Rodríguez Elizondo sostiene que la expresidenta Bachelet “no sospechó que cada ítem de regresión en la relación civil-militar aceleraba en los militares la percepción de contraste entre su coherencia organizacional, la decadencia en la profesionalidad de la administración del Estado y el desprestigio creciente de los políticos” (pág. 216) distanciando así a los militares del gobierno, y que a su vez, vuelvan a la depreciación, desvalorización y descalificación de la clase política.

Vale destacar que la motivación de José Rodríguez Elizondo es que “nuestros intelectuales civiles y militares conozcan el pasado y ejerzan la imaginación prospectiva, para promover la mejor relación posible entre las Fuerzas Armadas y los civiles desarmados de la nación” (pág. 14) como lo señala al inicio del libro. Para tal objetivo, su trabajo tiene una gran utilidad académica ya que permite debatir sobre las ideas que expone, actualizar ciertos contenidos olvidados y motivar la profundización de otros; posee una estimulación reflexiva sobre lo que es una relación civil-militar y otra política-militar, y junto con eso, la composición de cada una; y logra actualizar el tema, llevando a pensar si la Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas tienen líneas de investigación y de docencia en esta área del conocimiento.

Por último, las reflexiones del autor son totalmente claras, el lector podrá coincidir o discrepar, pero por sobre todo entenderá las afirmaciones y los hechos que las sustentan. El libro se recomienda.

* José Rodríguez Elizondo, Editorial Fondo de Cultura Económica, 2018, Chile, 270 páginas, ISBN 978-956-289-172-1

** Master of Art in International Relations & International Organizations de la Universidad de Groningen, Países Bajos; Licenciado en Ciencia Política y Cientista Político de la Universidad Diego Portales, Chile. Investigador Asociado del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat, Chile. p.rivas.pardo@gmail.com